¿Cómo medir el azul del cielo?
A veces las ideas más bellas nacen de una pregunta sencilla. En 1789, el naturalista suizo Horace-Bénédict de Saussure inventó un pequeño instrumento para medir la intensidad del azul del cielo. Lo llamó cianómetro. Un círculo de papel con 53 tonos de azul, desde el blanco brumoso hasta el azul profundo. Así de simple.
El cianómetro es una herramienta de observación, pero también un acto de contemplación. Comparar el cielo con una escala de azules nos obliga a levantar la vista, a detenernos un momento y a prestar atención a lo sutil. ¿Cómo está hoy el aire? ¿Qué nos dice la atmósfera? ¿En qué tono empieza el día?
Un cianómetro de Horace-Bénédict de Saussure (de la colección del Musée d'histoire des sciences de la Ville de Genève)
Queremos recuperar este tipo de gestos e instrumentos tan creativos como el cianómetro. Observar, documentar y aprender sin prisa de todo lo que nos rodea.
Crea tu propio cianómetro casero
Hacer tu propio cianómetro es un proyecto sencillo y fascinante que te conectará con la observación del cielo de una manera única.
Materiales que necesitarás:
Un trozo de cartulina blanca o papel grueso.
Pinturas acrílicas o acuarelas de diferentes tonos de azul (o incluso lápices de colores/rotuladores).
Un compás (opcional, para hacer círculos perfectos).
Una regla.
Un lápiz.
Tijeras.
Pasos para construirlo:
Dibuja el círculo: Con el compás o un objeto redondo, dibuja un círculo grande en tu cartulina. Este será la base de tu cianómetro.
Divide el círculo: Divide el círculo en 20-30 segmentos iguales (o más, si quieres más precisión). Puedes hacerlo dibujando radios desde el centro.
Crea tu escala de azules: Comienza con un azul muy pálido, casi blanco, en un segmento. En el siguiente, hazlo un poco más oscuro, y así sucesivamente, aumentando gradualmente la intensidad del azul en cada segmento hasta llegar a un azul muy oscuro, casi negro. La clave es que la transición sea lo más suave posible. Puedes mezclar tus pinturas para obtener la gama más amplia de tonos.
Corta y etiqueta (opcional): Una vez que la pintura esté seca, puedes cortar el círculo. Si lo deseas, puedes numerar los segmentos para tener una referencia.
Cómo usar tu cianómetro:
Sal al exterior: Busca un lugar con una vista clara del cielo, lejos de edificios altos o árboles que puedan obstruir tu visión.
Sostén el cianómetro: Extiende tu brazo y sostén el cianómetro hacia el cielo, de modo que la luz del sol no incida directamente sobre él.
Compara: Compara el color del cielo directamente con los diferentes tonos de azul de tu cianómetro. Encuentra el segmento que mejor coincida con el color del cielo en ese momento.
Registra tus observaciones: Anota la fecha, la hora, la ubicación y el número del tono que coincidió. Esto te permitirá ver patrones a lo largo del tiempo.
Ejemplo de ilustración de cianometro casero
El cianómetro no solo mide "azul", sino que cada tono puede decirnos algo sobre la atmósfera:
Los tonos más claros (casi blancos/azul pálido): Indican una atmósfera con mayor cantidad de partículas en suspensión, como vapor de agua, polvo o contaminantes. Esto puede significar alta humedad, neblina, bruma o incluso la presencia de aerosoles.
Los azules intermedios: Representan un cielo más claro y despejado, con menos partículas. Son los tonos más comunes en un día soleado.
Los azules profundos (oscuros/índigo): Estos tonos intensos se observan en cielos muy limpios y secos, a menudo después de una lluvia o en altitudes elevadas. Indican una dispersión de la luz solar por las moléculas de aire (dispersión de Rayleigh) con muy poca interferencia de otras partículas. Un azul muy oscuro puede sugerir una atmósfera excepcionalmente transparente.
Variaciones de color:
Azules grisáceos: Pueden indicar la presencia de nubes altas o una capa de aire con polución.
Azules verdosos: A veces se observan antes de una tormenta, aunque esto es más una observación popular que una regla científica estricta.
Azules violáceos: En ocasiones, en condiciones de extrema claridad y pureza del aire, el cielo puede adquirir un matiz violáceo, especialmente al atardecer o amanecer.
El cianómetro, aunque hoy en día existen instrumentos mucho más sofisticados para medir la composición atmosférica, sigue siendo un recordatorio poético de cómo la ciencia y la observación pueden entrelazarse con la belleza cotidiana del mundo natural. Nos invita a mirar hacia arriba y a apreciar la complejidad y la sutileza de nuestro propio cielo.
Si te gusta el azul, ya tienes con qué obsesionarte.